miércoles, 20 de marzo de 2013

BAJO UN MANTO DE ESTRELLAS


Bajo un manto de estrellas es el último texto escrito de Manuel Puig. Pensado como obra teatral, la propuesta construye una poética absurda y bella que está representada con gracia y toques de humor y perversidad. 
Un viaje poco formal al que un espacio clásico puede hacer incomodar un poco.
La 'caja a la italiana' es una arquitectura teatral dispuesta de manera frontal que a veces encajona y limita el vuelo que puede tener un grupo de actores o un texto. 
Esta pieza juega con la exageración. Un modo que se ve en la corporalidad orgánica de los actores, tan naturalmente artificiales e impostados en esa especie de caricatura de sí mismos. 
También se siente en ese armado de mágica parodia, donde parece haber un juego clownesco de desdoblamiento entre el personaje y el actor. Como si cada uno se riera de lo que representara. La burla hace escapar de la tragedia que se torna cómica y huye de todo final perturbador.
La propuesta rompe con la lógica y se sumerge en una película negra y pampeana.
Las palabras forman parte de un enredo lúdico. Textos que viajan entre los personajes, que se repiten con sus sentidos o sinsentidos, que traspasan el tiempo presente y el pasado, que configuran un futuro que no puede adivinarse y confunden al espectador tanto como ellos mismos.
Un mundo maravilloso que permanece en la distancia de la sala.
¿Cuál es la verdad de lo que sucede aquí? ¿Cuál es fantasía? ¿Quién está loco? ¿Quién está cuerdo?
La obra fue pensada por Manuel Puig, en el momento de su publicación, como algo del orden de lo onírico. Lo expresaba con estas palabras: “Hay escenario único y unidad de tiempo, lo que no hay es una unidad de identidad en los personajes. Los personajes sufren modificaciones especiales y eso veremos como lo entiende el público. Entre los productores noto cierto titubeo, porque es otro tipo de teatro. Nadie habla como en la vida. Todo es estilizado.” (Diario El País, 23 de marzo de 1983).
Nada es lo que parece, todo puede suceder en esta trama de amor y búsqueda, de ilusiones y sueños. Todo puede verse con una mirada especial, bajo un manto de estrellas.

Qué: Bajo un manto de estrellas
Quién: Actuación: Adriana Aizenberg, Pompeyo Audivert, Héctor Bidonde, Paloma Contreras Manso, María José Gabin.- Vestuario y Escenografía: Julio Suárez.- Iluminación: Roberto Traferri.- Música original: Sergio Vainikoff.- Fotografía: Christian Inglize.- Diseño gráfico: Lía Parsons.- Asistencia de dirección: Angie Zamblera.- Dirección: Manuel Iedvabni.-
Dónde: TEATRO LA COMEDIA.- Rodriguez Peña 1062- Teléfonos: 4815-5665 / 4812-4228.- Web: http://www.lacomedia.com.ar
Cuándo: Jueves - 21:00 hs - Hasta el 21/03/2013.- Viernes - 21:00 hs - Hasta el 22/03/2013.- - Sábado - 21:00 hs - Hasta el 23/03/2013.- Domingo - 20:00 hs - Hasta el 24/03/2013.-

miércoles, 13 de marzo de 2013

PÓSTUMOS

PARA LA POSTERIDAD

Realmente es acertada la afirmación que dicta la gacetilla de Póstumos “un show filosófico sobre la vida y la muerte.” Porque la propuesta de José María Muscari se presenta como un show espectacular –casi televisivo-  que se sumerge en la profundidad y sinceridad de las expresiones de los actores participantes.
La ‘obra’ está basada en los testimonios de los mismos protagonistas, que son todos actores populares de trayectoria y que se presentan en escena representándose a sí mismos.
A partir de sus relatos de vida y sus pareceres sobre el sentido de la misma y sobre la muerte, estos actores se transforman en una ficción. Pero ese mundo de fantasía que construyen con su oficio se mezcla en los bordes con la propia realidad.
La escena muestra mucho blanco (color del luto en la India) y cuenta con una escenografía compuesta con columnas que parece una especie de mausoleo. Un lugar museístico y familiar ubicado en ninguna parte.
Sobre el fondo tableado de columnas se proyecta un mar. Se distinguen, borrosas, las olas en la orilla. Metáfora del límite entre la vida y la muerte. Zona de inicio del viaje que llevará al viajero hacia las profundidades del Hades. Aguas del Aqueronte que deberá cruzar de la mano de algún siniestro barquero.
Pero estos viajeros que vemos no se encuentran apesadumbrados. Hacen su entrada en escena como en un show espectacular, ataviados con brillos, entre la elegancia y la chabacanería, un genial vestuario que apoya sus discursos y los resalta. Ellos avanzan orgullosos, con tono paródico, como recién llegados al gran evento que los estaba esperando.
Ellos son ellos mismos. “Acá estamos de paso”, dice un actor entre el personaje y la persona. Como un eco retumban sus palabras que cruzan la sala y engloban a todos los allí presentes. ¿Quién no está de paso?
“La vida es una pausa entre la eternidad y la reencarnación”, se aventura otro actor/personaje. Porque estos actores renombrados, de recorridos diversos, traspasando el umbral más cerca del ‘chau’ que del hola, se atreven a interpelarse e interpelar al público acerca de los misterios y temores de la muerte.
Qué acto de amor y de valor por parte de los intérpretes y, sobre todo, por parte del director que los ha convocado para darles el espacio de expresar aquello que anida en cada uno como la semilla fugaz de la existencia y que es poco factible representar en escena. Porque no son personajes de una obra extraña. Son ellos mismos los protagonistas que representan sus fantasías, juegan sus juegos de actor, escenifican sus sueños pendientes.
Lo hacen con ese tono que roza lo documental a la vez que satiriza todo intento de realidad. Porque la vida “es una búsqueda de sentido”.
Y en esa búsqueda por hallar una respuesta, se camina.
Los temas, que surgen de modo general, rondan el más primordial de la existencia y su final. Son nombradas la enfermedad y la vejez, los achaques, los medicamentos. Así como el comercio maldito de la muerte, con el cajón, la cremación, los velorios.
La propuesta, encarada frente al público a quien se dirigen de forma directa, se desarrolla como un biodrama universal. Una profunda reflexión plagada de algunos recuerdos compartidos entre actores y espectadores, de humor, de clásicos fragmentos teatrales, de música, rock y hip hop, bailes y poesías.
Porque  “estar en paz” es poder hablar y reír de aquello inexplicable que compartimos, de aquello que nos hace humanos, que nos da sentido.
Y como bien dicen los actores: “Hay que dejar algo para mañana”.
Eso es ser Póstumo.

Qué: Póstumo
Quién: Autoría y Dirección: José María Muscari.- Actuación: Luisa Albinoni, Ricardo Bauleo, Max Berliner, Hilda Bernard, Edda Diaz, Tito Mendoza, Nelly Prince, Pablo Rinaldi, Gogó Rojo, Erika Walner.- Vestuario: Renata Schussheim.- Escenografía: Jorge Ferrari.- Iluminación: Eli Sirlin.- Video: Martín García Garabal.- Música y Entrenamiento musical: Mauro Garcia Barbe.- Asistencia artística: Carlos Tekizian.-
Dónde: TEATRO REGIO.- Avda. Córdoba 6056.- Teléfonos: 4772-3350
Cuándo: Domingo - 19:30 hs.- Jueves, Viernes y Sábado - 20:30 hs.- 

martes, 5 de marzo de 2013

LA NOCHE DEL ÁNGEL


La sala presenta un espacio que da cuenta de un ambiente familiar compuesto por una mesa de escritorio, una silla, un sillón en otro sector, una lámpara y algunas cosas en el suelo. En el fondo arriba, dibujos infantiles aportan el clima a tratar.
Allí se encuentra el padre, un viejo y reconocido actor que tuvo una época de gloria, hasta que entra en escena su hija.
El primer impacto para el que conoce algo de estos actores es la relación que se establece entre Federico Luppi y Susana Hornos, pareja en la vida real y padre e hija en la ficción. Una especie de guiño a la vez que juego en relación a la evidente diferencia de edad entre ambos. Un detalle en todo caso.
La propuesta puede vivenciarse con cierta crudeza. El ámbito que tocan es doloroso, delicado. El conflicto pone en el eje los maltratos sobre la infancia y se vale de las discusiones entre padre e hija para colocar a Freud y al psicoanálisis en un entredicho en esa frágil cuestión de las fantasías.
Entre el padre actor y la hija psicóloga parece haber algo no resuelto que los enfrenta a esa lucha edípica de quien la hija no ha salido indemne.
Los actores fluyen en el escenario donde, podría suponerse, se juega en el borde entre la realidad y la ficción.
Para echar otro condimento al duelo de la historia, hace su entrada el tercer personaje, quien dará pie a que estalle lo latente.
Un paciente adolescente de la psicóloga cuyo mayor conflicto es el haber sido abandonado por los padres, no haber sido mirado, casi no haber existido.
Esta historia compleja no tiene una resolución aliviante. Su final deja la imagen de un muñeco, una marioneta que es movida por otros pero carece de vida propia. Lo inerte iluminado por un foco y rodeado de oscuridad.
Podría ser que el título diera una referencia de lo que se quiere plantear. La noche del ángel. Como si se enfrentaran dos cosas opuestas: la noche y el ángel. Como si a la figura del ángel le hubiera llegado la noche. Una relación que enfrenta la oscuridad y la santidad o inocencia de ese ángel / niño. Esa noche que se cierne sobre este ser puro y angelical, sería materializada en dos formas de daño a la infancia: el abuso y el abandono.
La falta de resolución, de catarsis, de respuesta que el conflicto plantea en escena, es un balde frío para el espectador.
El problema está planteado, pero ¿qué hacemos con ello?

Qué: La noche del ángel
Quién: Dramaturgia: Furio Bordon.- Versión y dirección: Federico Luppi.- Actuación: Susana Hornos, Federico Luppi, Nehuen Zapata.- Manipuladores:
Gustavo Garavito.- Vestuario y escenografía: Nicolás Nanni.- Iluminación:
Adriana Antonutti.- Peinados y maquillaje: Néstor Burgos.- Música: Iván Nilson.-
Fotografía: Akira Patiño.- Diseño gráfico: Sergio Calvo.- Asistencia general: Tony Chavez, Eliana Sanchez.- Asistencia de dirección: Milagros Plaza Díaz.-
Prensa: Marisol Cambre.- Producción ejecutiva: Susana Hornos, Pablo Silva.-
Dónde: TEATRO EL PICADERO.- Pasaje Santos Discépolo 1857.- Web: http://www.facebook.com/teatropicadero
Cuándo: Domingo - 18:30 hs y Lunes - 21:00 hs

viernes, 1 de marzo de 2013

LA COLECCIÓN



En un espacio físico que plantea dos ambientes distantes en el universo ficcional empieza este relato con aire de suspenso. Apenas comenzada la obra se observa el desarrollo de ese juego de apariencias que sostienen muchos vínculos hipócritas.
La propuesta del dramaturgo inglés Harold Pinter gira en torno a la incomunicación cotidiana entre los seres humanos. Y el gran maestro y director Agustín Alezzo realiza una puesta en escena que evoca ese ambiente inglés de modales educados y gran hipocresía.
La obra se encarga de mostrar, a través de los vínculos de los personajes, la falta de interés real en saber la verdad. Lo que ellos quieren es una respuesta que los deje tranquilos en su confortable mundo burgués.
También la tesis propuesta podría ser que no existe una única y gran verdad, sino que hay múltiples verdades, es decir, no es posible acceder finalmente a una Verdad pues ésta es una construcción compartida.
Pero además, en este mundo impostado, el modo de hablar de los intérpretes produce cierta distancia. El uso de frases cuya composición resulta extraña para el hablante local genera un quiebre que bien puede colaborar para evocar ese ámbito tan “British” y distante, donde los modales y la compostura podrían considerarse habituales. Un espacio de puro aparentar en el que buscar la verdad sería simplemente una imagen superficial, una falsa postura a sostener frente a la mirada de los demás.
Finalmente, cabría pensar la obra dentro del contexto social actual en el que fue estrenada, para ver si resulta disparadora de reflexiones que nos abran a pensar qué sociedad queremos y cuan hondo estamos dispuestos a llegar para encontrar la verdad.

Qué: La colección
Quién: Actuación: Sebastian Argañaraz, Manuel Elizondo Hourbeigt, Matías Leites, Lorena Saizar, Federico Tombetti.- Diseño de vestuario y escenografía:
Agustín Alezzo.- Asistencia de dirección: Matías Leites, Federico Tombetti.-
Dirección: Agustín Alezzo.- Prensa: Daniel Franco, Paula Simkin.-
Dónde: EL CAMARÍN DE LAS MUSAS.-  Mario Bravo 960.- Teléfonos: 4862-0655.- Web: http://www.elcamarindelasmusas.com
Cuándo: Viernes - 21:00 hs -  Sábado - 22:30 hs