martes, 23 de octubre de 2012

¡LLEGÓ LA MÚSICA!



La música llegó. Con todo su silencio. Profundamente evocadora. Llegó a una pequeña pero curiosa sala de teatro que se esconde en uno de los rincones de la citi porteña.  Y ¿qué es lo que suena? Una orquesta de cámara en un pequeño teatro municipal que está en reparaciones. Un grupo de músicos que sueña con irse de gira a Europa, la cuna de la Gran Música, de la Alta cultura con la que aspiran codearse, empaparse, bañarse en ella.
Pero parece que acá las cosas no salen siempre bien. Existen conflictos diversos -personales y grupales-, también hay contratiempos, desorganización, diferencia de criterios, demoras. Inconvenientes que llevan a desear e idealizar un lugar desconocido.
La propuesta nuclea muchos planteos en una sola totalidad. Reflexiones que son disparadas como balas textuales y de las que por momentos casi uno no se recompone.
El arte, la baja y alta cultura, las políticas culturales,los sindicatos, los conflictos gremiales, las relaciones sociales, el amor, la maternidad, la vejez en el arte, el lugar del director, la burocracia, los vínculos con lo foráneo, con lo europeo en particular como imagen a imitar de algo mejor, superior a cualquier construcción local (o al menos, como una muestra de sociedad más organizada), y la puesta en duda de todo eso.
Y así como plantea esa dicotomía que opone Europa a estas tierras, desde lo escénico juega constantemente con un afuera contrapuesto al adentro de la sala donde la orquesta ensaya. Trabaja el fuera de escena construyendolo en distintos aspectos. Por un lado, en relación a los espacios familiares de donde provienen los músicos,  por otro, en cuanto a aquel territorio ideal donde el grupo aspira ir de gira,  y finalmente, como el lugar exterior al teatro que en un momento se transforma en una amenaza para el cumplimiento de los sueños.
La obra escenifica instantes maravillosos. Uno de ellos es la creación de los momentos instrumentales desde el silencio, con movimientos y respiración, situación poética de lo más atractivo y hasta original de la pieza.
Otra escena emotiva la desarrolla el hombre de seguridad del teatro, cuya personalidad ha sido construida en su complejidad con acierto.
Vuelos que se destacan dentro de una puesta escénica inundada de ruidos superpuestos, voces cruzadas, discusiones.
Propuesta que se desarma hasta lo imposible, ya que cualquier cosa puede pasar, hasta lo más insólito. Y todo ello tiene su lógica en la dinámica que el texto propone.
Realmente se percibe un mundo intenso en ese espacio habitacional de pocas dimensiones, cuyo relato, atravesado de tanta algarabía, se luce cuando deja lugar a esos gestos sordos plagados de sentido.

Qué: ¡Llegó la música!
Quién: Autoría y Dirección: Alberto Ajaka.- Actuación: Leonel Elizondo, Sol Fernández López, Karina Frau, Luciano Kaczer, Gabriel Kogan, Julia Martínez Rubio, Andrés Rossi, Gabriela Saidón, Mariano Sayavedra, María Villar, Gabriel Zayat.- Vestuario y Escenografía: Rodrigo González Garillo.-Iluminación: Adrian Grimozzi.- Edición de sonido: Jose Omar Ajaka.- Musicalización: Alberto Ajaka, Martín Laurnagaray.- Operación técnica: Alex Alan De La Cruz.- Fotografía: Gaspar Kunis.- Asesoramiento musical: Carmen Baliero.- Asistencia de dirección: Georgina Hirsch.- Prensa: Claudia MacAuliffe.-
Dónde: SALA ESCALADA Remedios Escalada de San Martin 332.- Teléfonos: 4856-0277.-   Web: http://www.salaescalada.blogspot.com
Cuándo: Lunes y Viernes - 21:00 hs - 

lunes, 8 de octubre de 2012

MACBETH



Poner en escena una pieza de William Shakespeare podría verse casi como un paso obligado para cualquier director que se precie. Así como interpretarlas puede constituir un reto para cualquier actor. Incluso existen obras que juegan con ese planteo representado las dificultades y vicisitudes de ‘hacer’ Shakespeare.
Aquí la combinación es un buen director ya consagrado junto a un excelente grupo de actores y equipo artísitico técnico, para la escenificación de un gran texto dramático. Y qué mejor lugar que el Teatro San Martín para escenificarlo.
La puesta que realiza Daulte podría calificarse de contemporánea. El vestuario es uno de los pilares donde se sostiene esta calificación. Jeans, camperas de cuero, trajes, medias de red. También el coro de brujas que vaticina el futuro, seduce y acecha. Un trío de tres bellas y buenas bailarinas que despliega erotismo y sensualidad en sus coreografías. Pero no es únicamente este grupo de mujeres las que ponen el cuerpo a movimientos coreografiados, la obra construye escenas donde los hombres despliegan su expresión corporal. Cuestión que aleja la propuesta de cualquier puesta clásica.
La música y las luces generan climas y aportan lo suyo, colaborando en un todo que es dinámico y muy visual.
Pero lo más extraordinario de esta puesta son los mecanismos escénicos.
La escenografía está construida con una especie de andamios metálicos con escaleras, que sirven a la vez de puentes. Estos puentes, dispuestos como pasillos con barandas, son movibles y arman distintos ambientes según su disposición. Además, son utilizados para estructurar dos claros niveles que diferencian los lugares de posicionamiento de cada uno según la acción. Para completar, el suelo del escenario es giratorio, por lo que los juegos y posibilidades de crear espacios se acrecienta, a la vez de sumar en el carácter contemporáneo de la puesta.
Toda esta grandiosa escenificación (casi constructivista en su aspecto visual) hace que el texto quede un poco atrás. Los actores van y vienen, son expresivos, muchos de ellos trabajan en televisión y también se han consagrado en el ambiente. Pero el texto que sale de sus bocas parece dicho sin profundidad. No porque no sean expresados con verdad, sino que la propuesta parece hacer más hincapié en los mecanismos escénicos, los efectos lumínicos y sonoros, el dinamismo de todo lo visual. Así, el trabajo actoral parece quedar atrás, un poco opacado por lo maravilloso de la puesta escénica.
El dinamismo de la propuesta introduce otro elemento que la aleja de todo clasicismo. Un actor rompe la 4º pared y se dirige al público en un momento que significa un quiebre total para el texto clásico. De esta manera, la obra acentúa su carácter ficcional indicando claramente que uno está en el teatro y rompiendo así toda posible identificación.
Una aventura realmente ‘daulteana’.

Qué: Macbeth
Quién: Autoría: William Shakespeare.- Traducción: Daniel Zamorano.- Versión y Dirección: Javier Daulte.- Actuación: Alberto Ajaka, Valentino Alonso, Mónica Antonópulos, Fabio Aste, Federico Buso, Luciano Cáceres, Julián Calviño, Emiliano Dionisi, Leticia Mazur, Margarita Molfino, Francisco Pesqueira, Marcelo Pozzi, William Prociuk, Martín Pugliese, Agustín Rittano, Ezequiel Rodríguez, Leonardo Saggese, Alberto Suárez, Julieta Vallina, Debora Zanolli.- Vestuario: Mariana Polski.- Escenografía: Alicia Leloutre.- Iluminación: Gonzalo Córdova.- Música original: Diego Vainer.- Asistencia artística: Andrea Garrote.- Coreografía: Carlos Casella.-
Dónde: TEATRO SAN MARTIN   Av. Corrientes 1530 Teléfonos: 0800-333-5254 ó 4371-0111/18.- Web: http://www.teatrosanmartin.com.ar
Cuándo: Domingo, Miércoles, Jueves, Viernes y Sábado - 20:30 hs.-